viernes, 23 de marzo de 2012

El tocho para lo vagos

Hace falta una limpieza étnica de políticos, sindicalistas, banqueros...
Os dejo el link y el artículo de Roberto Centeno

Huelga general para un expolio de 8.000 millones - El Disparate Econmico - Cotizalia.com

El tocho para lo vagos.

19/03/2012 06:00h
Permítanme por una vez, iniciar el análisis sobre el actual sindicalismo depredador con una vivencia personal que ilustra cómo la izquierda española, la más cutre y radical de Europa, trata de utilizar la buena voluntad de la clase obrera para conseguir por la fuerza lo que no ha conseguido en las urnas. Soy familia de mineros sindicalistas asturianos, algo de lo que me siento honrado. Conocí por sus relatos cómo en octubre del 34 los socialistas Prieto y Largo Caballero ordenaron a miles de jóvenes idealistas de UGT levantarse en armas contra el legítimo Gobierno de la República, mientras ellos permanecían cómodamente en Madrid sin arriesgar nada.

Mi tío Carlos, uno de estos jóvenes idealistas, pensando ingenuamente que luchaba por una España mejor y no por el gulag stalinista que querían implantar estos dos siniestros personajes, abandonó su hogar en Mieres para, con cientos de compañeros, ocupar la fábrica de armas de Trubia. Ya fuertemente armados, ocuparon toda la cuenca minera. Días después, una columna enviada desde León por orden del general Franco, a quien el Gobierno había encargado aplastar la rebelión, de la que formaba parte un competente capitán africanista, Juan Rodríguez Lozano, el famoso abuelo de José Luis Rodríguez Zapatero, entró en Asturias con muy escasos efectivos para enfrentarse a 3.000 mineros armados entre los que se encontraba mi tío. El capitán Lozano y sus compañeros derrotaron tras varios sangrientos combates a los mineros, en uno de los cuales, 14 de octubre, mi tío Carlos resultó abatido por las fuerzas bajo el mando de Lozano.

Nada puedo objetar del competente capitán, que cumplía con su deber, pero sí de los miserables Prieto, Largo Caballero y Luis Companys -pretencioso genocida que se jactó en 1938 de haber exterminado a todos los curas, frailes y monjas de Cataluña-, responsables de la rebelión que se fueron de rositas. Una derecha acomplejada y cobarde, en lugar de juzgar y condenarlos les soltó enseguida para que meses después, en febrero del 36, tras unas elecciones absolutamente fraudulentas (en palabras de Largo Caballero, “si no las ganamos iremos a la guerra civil”), sumieran a España en el caos en un intento de eliminar a la mitad del país que no pensaba como en ellos.

De sindicalistas verticales a depredadores de fondos públicos

El sindicalismo en España nació del anarquismo, en Andalucía y Cataluña básicamente. Mucho más tarde apareció UGT. Antes de la Guerra Civil, la CNT anarquista era el sindicato ampliamente dominante, con casi un millón de afiliados; la UGT socialista era seis veces más pequeña. Durante la guerra, los líderes anarquistas fueron exterminados por las milicias comunistas. Después de la guerra, el socialismo y UGT pasaron “35 años de vacaciones”, una acertada frase de Ramón Tamames. Solo los comunistas mantuvieron la oposición a Franco. A partir de los años 60, Marcelino Camacho, un comunista convencido, no demasiado inteligente pero honrado, valiente y hombre de palabra, copió una idea de un falangista llamado Maeztu (no confundir con el intelectual Ramiro) que propugnaba la creación de comisiones obreras. Con la UGT desaparecida, los comunistas se infiltran en los sindicatos verticales, donde su organización sindical CCOO llegaría a tener un papel preponderante.

Representando a menos del 10% de los trabajadores, su exclusividad en la negociación en los convenios colectivos les da una representación y una importancia social de la que en realidad carecen
A la muerte de Franco, con la implantación no de la democracia, sino de una monarquía oligárquica despilfarradora y corrupta -PP, PSOE y nacionalistas- que se repartiría el país como si fuera un solar a través del sistema autonómico, reaparece una UGT, con gente poco preparada, al contrario que CCOO, que tenía gente con experiencia y formada en los sindicatos verticales. CCOO era un gigante y el partido comunista, un pigmeo. Ante tal diferencia, Marcelino Camacho pone como una vela a Carrillo y mantiene una cierta independencia. Pero aquello no duró. Carrillo, a través de sus peones, le quitó el poder de facto, y Marcelino, un sindicalista de acero que nunca dejó de ser comunista pero que se mantuvo ajeno a las intrigas del aparato, acabó sucumbiendo.

UGT, resucitada de la mano del PSOE, no es más que una correa de transmisión de éste. Al contrario que CCOO. A partir de finales de los 80, los líderes genuinamente obreros del sindicalismo, Marcelino Camacho y Nicolás Redondo, fueron desapareciendo de escena para ser sustituidos por burócratas intrigantes que jamás han trabajado y que abandonan descaradamente su razón de ser: la protección de los trabajadores. En vez de eso, se convirtieron en depredadores cada vez más codiciosos tanto de fondos públicos como de los propios trabajadores. Su dependencia de los partidos se difuminó; solo se mantuvo como fuente de prebendas y de depredación de dinero público. Desde entonces, la clase trabajadora les importa un pimiento. El incremento del paro constituye para ellos un maná del cielo, más parados suponen ríos de dinero público y ellos son los principales beneficiarios. También, al contrario que en el pasado, se lo reparten a pachas con los empresarios.

En conjunto, UGT y CCOO se embolsan anualmente de unos 8.000 millones de euros entre el Estado, las autonomías, el expolio directo a los trabajadores y las exenciones de impuestos. Esta es la principal razón de la huelga general, ya que la reforma laboral pone en riesgo cierto esa cantidad, la segunda, tan importante como la primera. Representando a menos del 10% de los trabajadores, su exclusividad en la negociación en los convenios colectivos les da una representación y una importancia social de la que en realidad carecen totalmente. Hasta el punto que sus últimas “manifestaciones” han sido un fracaso de tal calibre, que ni siquiera han conseguido la asistencia de la totalidad de sus liberados, que viven como rajás sin dar un palo al agua gracias a su condición.

El único objetivo: volver al sillón blanco a renovar sus prebendas

La subvención directa del Gobierno es de 7 millones de euros, el chocolate del loro, pero después, como tienen una federación por CCAA cada una con once secciones dividas por actividad, al final tienen (11x17) 187 organizaciones que a su vez reciben subvenciones de cada CCAA, cifras que ambas sindicatos mantienen secretas. Los dos sindicatos reciben también subvenciones para todo tipo de actividades: cooperación internacional, ideología de género, memoria histórica y otros temas peregrinos. Y luego está el “y tiro porque me toca”, que consiste en que los líderes socialistas autonómicos les dan periódicamente cantidades enormes sin razón ni justificación alguna. UGT y CCOO son unos profesionales de la depredación de fondos públicos.

Luego tenemos la gestión en exclusiva de los cursos de formación, un regalo de Zapatero, por los que recibieron más de 3.000 millones euros en 2011. Después vienen los EREs, por cuya gestión cobran una media del 8 % de la indemnización a cada trabajador, y que en 2011 ascendieron a unos 400 millones de euros. Finalmente, están las exenciones de impuestos que suponen, entre impuestos sobre beneficios e IBIs sobre su gigantesco patrimonio inmobiliario, casi 3.000 millones. UGT y CCOO jamás han permitido ser auditados y los gobiernos no han tenido lo que hay que tener para imponerlo, como era su deber.

El objetivo real de la huelga general es claro: volver al sillón blanco de La Moncloa, que consideran su sitio, y restaurar íntegramente sus prebendas. Y como la huelga será un fracaso, el acto clave será la manifestación post huelga, el gran show ante los medios, y para cuyo éxito están poniendo toda la carne en el asador. Creo que el Gobierno no cederá, porque ya no puede hacerlo. Las cifras de enero son terroríficas: el déficit del Estado se ha doblado, los ingresos caído un 14,6% y el gasto público aumentado un 40,3%. Bajar el déficit al 5,3, 5,8 o 6,5% es una quimera, y lo peor es que en solo 19 meses tendrán que reducirlo al 3%, lo que implica un recorte de 60.000 millones si los ingresos fiscales se mantienen; y a 80 o 90.000 si no lo hacen. Esto ya no lo salva, como en agosto, ni San BCE. No pueden hacer concesión alguna, ni en la reforma laboral, ni dar un euro más a la banca o a los nacionalistas, ante quienes no paran de claudicar. Las CCAA no se sostienen. Rajoy, que después de trabajar seis horas el miércoles se confesaría agotado el pobre, está literalmente contra las cuerdas

Gobierno de Mondoñedo y PP local polemizan por la deuda que arrastra el Concello

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Desde su llegada al gobierno mindoniense, hace cinco años, el bipartito siempre apuntó al gobierno del PP como principal responsable de la deuda que arrastra el Concello. Estos días, tras presentar una certificación por importe de 1.4 millones correspondientes a facturas a proveedores que están sin abonar, incidió en la misma idea, señalando que más de 800.000 euros vienen de la época de los populares y que de los más de 600.000 contabilizadas en la época del bipartito, una parte es por actuaciones realizadas en tiempos del PP.
Y aún más, afirman que estos años han hecho «un esforzo importantísimo» al pagar más de dos millones de facturas heredadas de los populares, al tiempo que mantenían los servicios habituales. Como ejemplo mencionan los 812.000 abonados a empresas que han reclamado los pagos en vía judicial, obteniendo sentencia favorable firme. O las dos operaciones de tesorería del período del PP canceladas, por importe de 80.000 y 150.000 euros, o los créditos a largo plazo por valor de 891.283 euros que, según el gobierno actual, llevan amortizados y son también de tiempos del PP.
La portavoz del PP, Elena Candia, afirma que «a xestión do bipartito non destaca polo seu grado de austeridade» y pide al alcalde que «asuma a súa responsabilidade xestora do Concello e deixe de acusar ao anterior goberno das situacións que se viven no consistorio». Como ejemplo de falta de austeridad se refiere la ejecución del Plan E donde, dice, al poco tiempo de terminarse las obras, había similares deficiencias que al principio, o los más de 42.000 euros que pagaron a una empresa para elaborar las cuentas y pese a ello, explica, acaban de firmar un convenio con la Diputación cuando otros lo asumen ellos.

Mondoñedo apela a la ética e incluye todas las facturas

El alcalde del BNG afirma que de los 1,4 millones de deuda más de 800.000 euros vienen del PP

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El alcalde nacionalista, Orlando González, explica que en Mondoñedo han incluido toda la deuda a proveedores que tienen en el listado, están todas las facturas registradas, desde 2001 hasta enero de 2012: «Entendemos que si o Concello lle debe facturas a empresas, aunque haxa cobertura legal para deixarlles de pagar as que prescriben, non é ético facelo. Si fixeron o traballo debe pagárselles. Non hai que abusar da boa vontade que tiveron ao non reclamala no xulgado, como fixeron outras», señala el regidor.
Matizado este aspecto, señala que de los 1,4 millones de deuda a proveedores que tiene el Concello de Mondoñedo, más de 800.000 euros, proviene de la época del gobierno del Partido Popular y de los más de 600.000 euros que se produjeron en la época del bipartito (BNG y PSOE), una parte es también de facturas por actuaciones realizadas durante el último gobierno municipal del PP, indica el alcalde, destacando el esfuerzo que vienen haciendo desde que gobiernan para ir amortizando esa deuda heredada.
El alcalde mindoniense también quiere dejar «moi claro», igualmente, que esta deuda no la va a pagar el Gobierno, como creen algunos, sino los concellos, con un crédito que tienen un interés del 5%. Interés que considera «esaxerado», dice, señalando que «as ganancias van para os bancos e os grandes capitais, que son os que xeraron a crisis e se benefician unha vez máis».